Enrique AM

#002: Kéfir: qué y por qué

Ilustración en la que se ve un pequeño gránulo de kéfir abriendo la boca para beber de un bote de leche. Debajo dice 'Kéfir: qué y por qué'. De fondo se puede ver una foto microscópica de una muestra de bacterias lactobacillus.

¡Hola!

Hoy me ha dado por apetecerme escribir sobre el kéfir. Estos son los primeros pensamientos que he tenido sobre qué es el kéfir y por qué hacerlo. Cualquier pregunta más específica, podéis contactarme directamente.

Me gustaría aclarar que este artículo está centrado en el kéfir de leche, que es sobre el que sé más. También existe el kéfir de agua, que tiene otras propiedades y se prepara principalmente con agua y azúcar, aunque tengo entendido que incluso se podría usar para fermentar zumos de frutas. Desde luego, recomendaría probarlo si sigues una dieta vegana.

Qué es el kéfir

Probablemente hayáis ido al supermercado de confianza y hayáis visto en la sección de yogures unas botellas más caras que un yogur líquido llamadas "kéfir". Suelen venir en natural o en varios sabores, se elaboran con leches de distintos animales y, si las habéis probado, el sabor es algo parecido a un yogur, pero más ácido. Suele ser un gusto adquirido que no siempre gusta de primeras, sobre todo si acostumbramos a tomar alimentos más azucarados.

El kéfir es una bebida fermentada que se obtiene a partir de la leche, debido muy resumidamente a la fermentación producida por los gránulos de kéfir. Los gránulos de kéfir son una especie de bolas gelatinosas y un poco mucosas, compuestas de bacterias y levaduras que se alimentan de la leche (más bien de la lactosa). Podéis buscar mil sitios donde lo expliquen mejor. Yo suelo decir que "el kéfir (los gránulos) se come(n) la lactosa". Esta reacción provoca la aparición de numerosos probioticos, tanto bacterias como levaduras, beneficiosas para nuestros organismos. La leche adquiere una textura más densa, parecida a un yogur líquido, dependiendo del tiempo del fermentado. La fermentación genera una pequeña cantidad alcohólica, pero no esperes emborracharte con ello.

Por qué hacer kéfir

La razón principal es por tu salud. Sus probióticos, ingeridos de forma diaria, son de gran ayuda a nuestro cuerpo, para contrarrestar enfermedades e infecciones, ayudar a nuestro sistema digestivo a funcionar mejor y sustituir otros probióticos de origen farmacéutico. Además, muy probablemente te cueste encontrar kéfir sin pasteurizar en supermercados. Si se pasteuriza un alimento, se eleva la temperatura hasta eliminar las bacterias que lo habitan; esto, en el caso del kéfir, significa eliminar su principal cualidad: sus probióticos.

En el caso de que te gusten mucho las bebidas lácteas sin más (o directamente el kéfir), es mucho más barato producir kéfir en casa que comprarlo en un supermercado. Por lo general, en el momento en el que escribo esto, una botella de kéfir (que no suele pasar de medio litro) suele costar más de 2€ mínimo, mientras que el kéfir se produce a precio de leche, ya que es la única materia prima que necesitas para alimentar a tus gránulos. Además, el sabor de un fermentado siempre varía según muchas condiciones (temperatura, cantidad de gránulos, olores en el ambiente, los organismos que fluctuan en el aire de la zona en la que vives) y vas a probar sabores mucho más variados en cada remesa nueva. Una vez le empieces a pillar el truco, habrán días que dirás "no me puedo creer que esto sea tan bueno y barato".

Es más engorroso tener que filtrar y comprar el alimento de los gránulos de kéfir en vez de comprar una conveniente botella envasada, pero desde luego a nivel de salud habrá una diferencia sustancial de consumir directamente bacterias vivas (a veces vivísimas y burbujeantes) o una bebida pasteurizada.

Si tu prioridad al consumir kéfir es tu salud, te recomiendo hacer kéfir; si tu prioridad es por el sabor, aunque no sea lo mismo, buscaría mínimo un kéfir que esté sin pasteurizar (difícil de encontrar en el mercado, principalmente por su corta duración de vida) o directamente consumiría yogur líquido. En mi opinión y según lo que sé (que puede que no sea correcto), consumir kéfir pasteurizado no te va a aportar mucho más que consumir yogur líquido pasteurizado, ya que ninguno va a tener probióticos que afecten a tu salud y el sabor será relativamente parecido (el kéfir suele ser más ácido, pero si no te aporta a la salud, ¿para qué gastarte el doble o más por un saborcillo ácido?). Por la otra parte, gástate el dinero en lo que quieras, que para eso eres una persona responsable.

Un dato curioso: Debido a una grandísima campaña de marketing de cierta marca conocida, sabemos de una bebida que viene en pequeños botes lácteos que contiene L. casei (Lactobacillus casei) y es sinónimo de buena salud. ¿Sabes que el kéfir contiene esta bacteria en mucha más cantidad, entre otras muchas más (del género lactobacillus y de otros géneros)?

Si te gusta la idea pero te parece engorroso, te diré que lo entiendo, porque a mi parecer lo es. Tienes que dedicar una cierta hora del día (o a cada dos días) a filtrarlo. La primera vez hice un desastre y tardé una hora, entre filtrarlo, preparar la siguiente remesa y limpiar el desastre. Ahora tardo quince minutos. Es cuestión de saber lo que haces e ir optimizándolo. Aún así, empezar con ello solo te supone:

  • Encontrar a una amable persona de tu vecindario que pueda darte gránulos de kéfir.
  • Comprar leche entera (pasteurizada, por supuesto; no hace falta que sea leche cruda).
  • Probar a hacerlo unos días y, si no te convence, se puede lavar y congelar (o secar).

Se supone que los gránulos congelados duran sobre el año y medio en el congelador. Los secos duran menos, pero no lo he probado. Siempre le puedes acabar cediendo tus gránulos de kéfir a otra persona, al igual que te lo cedieron a ti, así te llevarás una experiencia nueva que contar y tal vez una nueva amistad. 🙂

En definitiva

En mi opinión, es muy recomendable probar a hacer kéfir. El resultado no tiene nada que ver con el sabor y propiedades del kéfir comercial. Si aún así te cansas, siempre puedes conservar tu kéfir o cederlo a otra persona. Si te ha interesado este pequeño artículo, por favor, dímelo. Me gustaría hacer un siguiente artículo explicando cómo hacer kéfir y contando mis trucos, pero necesito saber que te ha interesado para motivarme a escribirlo. ¡Sea como sea, gracias por leerme!

Notas

  • Foto de fondo de la imagen de cabecera del artículo obtenida en la web de QBLabs.
  • Dibujo del gránulo de kéfir glotón hecho por mí. En caso de querer usarlo, me bastaría con que añadieses el enlace a este artículo en el sitio donde lo uses. Gracias por adelantado.